El fundamento expuesto por Alberto Einstein para sustentar la curvatura del espacio es el principio de la equivalencia entre la masa gravitatoria y la masa inercial: "La masa gravitatoria de un cuerpo es igual a su masa inercial".
Esta ley fue confirmada por los experimentos de Rolánd Von Eötvös y por Robert H. Dicke de la Universidad de Princeton con una precisión de un cien mil millonésimos. A tal punto que C. M. Wil de la Universidad de Cambridge sostiene que: "Si apareciera alguna violación a la igualdad de la aceleración por pequeña que fuera, se requeriría una revisión completa de nuestra imagen del espacio curvo".
En base a la teoría corpuscular de la luz, Johann Georg von Soldner calculó que la desviación de un rayo luminoso que pasa rozando el sol es de 0,875" de arco. Los cálculos de A. Einstein para la desviación de un rayo luminoso que roza la superficie solar es de 1,750" de arco, de los cuales 0,875" de arco son atribuidos a la atracción gravitatoria newtoniana y los otros 0,875" a la curvatura del espacio.
Por otra parte estudios muy finos realizados en la Universidad de Munich confirmaron que la caída de neutrones lentos concuerda exactamente (con una precisión de un diez milésimo) con el ángulo de caída de cualquier cuerpo macroscópico.
En síntesis, podemos afirmar que tanto un electrón como una bolilla de aluminio, como la Luna o la Tierra, en caída libre, caen con la misma aceleración hacia el Sol y en consecuencia la constante gravitatoria es universal y definitivamente comprobada.
Pero se presenta una dificultad. ¿Cae con la misma aceleración un fotón que no tiene masa? Porque, sin duda, la aceleración por gravitación en caída libre de los anteriores cuerpos se basa en el concepto de que el Sol y los restantes cuerpos mencionados tienen cada uno (mucha o poca) masa gravitatoria. Entonces, resulta atinado preguntar si un fotón sin masa gravitatoria caerá obligadamente con la misma aceleración gravitatoria que los demás cuerpos que tiene masa gravitatoria.
Si se quisiera resolver el problema atribuyéndole al fotón una masa gravitatoria puntual, se encontraría con la dificultad de que un fotón en supuesta caída libre tendría una velocidad de "c" y no la misma velocidad por aceleración de todos los cuerpos con masa gravitatoria.
La siguiente consideración nos permite enfocar el problema de otra forma diferente y proponer la siguiente interpretación: Si se considera que en caída libre la masa gravitatoria del cuerpo que cae atrae también hacia sí a la masa mayor, ofreciendo una resistencia a la aceleración (válida y proporcional para todas las masas) que se expresa en la ecuación d = 1/2 a t² y que un rayo luminoso no tiene masa gravitatoria suficiente que pueda realizar tal retardo, como lo hacen los otros cuerpos, ya que en este caso la masa del rayo luminoso se manifiesta exclusivamente como masa inercial, su caída en el movimiento horizontal, estaría dada no por la fórmula anterior ( d = 1/2 a t ² ) sino por la siguiente d = a t ² .
La constatación sería la siguiente:
Constante gravitatoria: 6,7 x 10 -8
masa del Sol: 2 x 10 -33 gramos
radio del Sol: 7 x 10 10 cms
diámetro del Sol: 14 x 10 10 cms
aceleración esperada: 6,7 x 10 -8 x 2 x 10 -33 / (7 x 10 10)² = 13,4 / 49 = 2,73⁴ cms/seg . 2
tiempo: 1.4 x 10¹¹ / 3 x 10¹° = 4,666 segundos de tiempo
desvío esperado: a x t² ; 2.73⁴ x (4.666) ² = 2.73 ⁴ x 32.7 = 5.946 x 10 5cms
ángulo de desviación: 5,946 x 10 5 / 7 = 8,495 x 10 -6, radianes
Un radián = 206.280 segundos; 8,495 -6 x 206.280 = 1,75" de arco.
Buenos Aires, 2 de Noviembre de 1990 - Juan José Sol